Viene de la nota de Periodismo en Redacción titulada
En diálogo con
Natalia Sánchez, la Directora del Museo de Ciencias Naturales de Monte Hermoso,
PeR le reconoció que transmitiera sus conocimientos de forma tan clara. Ella destacó
que es una habilidad que aprendió de su Director ya difunto, Vicente Di Martino. Sin poder disimular su
emoción, así se refirió a él: «Estudió geología pero no se recibió. Siempre trabajó
con la gente común (como decíamos
nosotros) empleando un lenguaje simple. Más allá de que a veces es necesario
recurrir a la persona que se dedica a la parte científica, hablar con un
lenguaje coloquial tiene mucha más llegada al público con el que nosotros
trabajamos. Cuando yo le tengo que explicar a un niño de jardín cómo se
extinguieron los dinosaurios o la diferencia entre dinosaurios y mamíferos se
lo narro como un cuento».
|
Julieta Dizzia retrata a Di Martino en la Noche de los Museos.
(Foto: Gentileza del Museo de Ciencias Naturales.)
|
Continuó: «Él era artesano, de Mar del Plata, estudiante
de geología fanático de Ameghino. De chiquito iba al museo de su ciudad a ver
los fósiles y él quería saber dónde se encontraban esos fósiles, pero en el
museo es como que a un nene no le daban importancia, entonces él se metía y se
metía y trataba de escuchar. Siempre que podía se escapaba e iba al museo.
Hasta que en un momento escuchó a una persona que nombró unas barrancas. Se
tomó un colectivo y se fue a las barrancas. Cuando llegó ahí, en esa época era
impresionante la cantidad de huesos que asomaban en las barrancas, cortó un par
y se fue al museo. Lo retaron mucho por lo que había hecho pero de tanto insistir
se ganó la confianza del personal del museo y así pudo conocer la trastienda. Como
se suponía que Ameghino había estado acá, vino en busca de sus pasos. Cuando
llegó conoció que en la playa también teníamos rocas y restingas, encontró
fósiles, fragmentos de cráneo, de caparazón de gliptodonte y los recuperó. Él
hacía artesanías, ya era mayor –había nacido en 1940-. Decidió quedarse en
Monte y abrir un local de artesanías.
Con el tiempo descubrió que Ameghino no había estado aquí sino en el
antiguo Monte Hermoso, que es Farola Monte Hermoso, pasando Pehuen Có. En su negocio
tenía como decoración parte de los restos óseos que había hallado. El intendente
de esa época, al ver su entusiasmo, propuso hacer una salita de exhibiciones
con ese material; él aceptó y en al año 1977 armó el primer museo».