Viene de la nota de Periodismo en Redacción titulada
"Lo que
sigue al hallazgo de una ballena muerta"
para ampliar información.
Dado
que los guardaparques de la Reserva
Natural PehuenCó - Monte Hermoso se encuentran
en permanente contacto con la vida en el mar y barren amplios trayectos de costa con sus patrullas diarias, no resulta extraño que sean los
que generalmente protagonizan descubrimientos de este tipo.
Rubén
González, Técnico de la reserva, así nos decía: “Muchas veces la gente se
pregunta qué hacemos nosotros fuera de la temporada, ya que estamos todo el
año. Bueno, nos toca atender un poquito otros aspectos de la reserva: como puede
llegar a ser mantenimiento y las recorridas diarias que hacemos en todas las
áreas, tal como las personas de campo recorren su campo para saber que está
todo bien.” Fue durante una de esas recorridas que encontraron lo que en un
primer momento pensaron que era un delfín y más tarde identificaron como una ballena picuda o zifio
juvenil – a juzgar por los dientes que aún no están completamente desarrollados-.
Pero como nos explicó González no pudieron determinar a qué familia pertenece
exactamente porque estos grupos, a esta edad, presentan características muy
similares y además el cuerpo ya presentaba síntomas de descomposición.
Continuó: “La reserva tiene 3 pilares fundamentales: el apoyo a la
investigación científica -este tipo de casos entra en ese marco de la organización-,
otro es el control y vigilancia y la fiscalización, y la tercer pata tiene que
ver con la concientización y la educación, aquí encuadra la actividad
turística. Dentro de las áreas naturales protegidas el turismo no es el factor
principal pero sí es muy importante a la hora de entender que mucha gente opta
por venir a visitar la reserva y para la reserva es importante poder comunicar
el valor que tiene la misma y de esa manera ayudar a la conservación. No
tenemos que esperar que haya 60 o 70 guardaparques diciéndonos qué se puede
hacer y que no, sino que es suficiente con que un grupo ayude a que la gente
comprenda, respete y sea consciente de las actividades que puede hacer y las
que no, en determinados lugares.”
La Sra.
Natalia Sánchez, Directora del Museo de Ciencias Naturales de Monte Hermoso,
refiriéndose al hallazgo de la ballena picuda comentó: “Dentro de todo los
biólogos no están alterados por la aparición de este animal muerto porque fue
uno solo, si hubiéramos encontrado más ejemplares, ahí sí habría que prestar
atención y se podría dar una alerta.”
Después,
recordó la aparición de otros cetáceos: “En el año 2008, cuando ya estaba
formada la reserva pero todavía el área no estaba delimitada con el alambrado, se
encontró una ballena franca austral sin vida sobre los sedimentos del área
donde se encuentran las pisadas humanas. Sucedió justo en fecha cercana a la
fiesta de la primavera, una de las más importantes para Monte Hermoso. Todos
venían los fines de semana a ver la ballena que estaba en un estado muy
avanzado de putrefacción, se sacaban fotos y se llevaban algún pedacito de los
moluscos adheridos a la piel del cetáceo o alguna cosa así. Hasta hace poco se
fueron encontrando partes del cráneo. La ballena salió aproximadamente 5 Km al
oeste del balneario y el cráneo ahora fue avistado a 10 Km del centro. Algunas vértebras
fueron a parar casi a Sauce Grande, que está hacia el otro sector de Monte
Hermoso.” Asimismo, se han hallado cráneos de calderón, de mesoplodon (una
especie de delfín), de franciscana -que es uno de los delfines más pequeños-
así como también lobos marinos y pingüinos.” Consultada sobre el avistaje de cetáceos
vivos, afirmó que se producen dos veces al año, una en verano y otra antes de la
primavera; cuando tanto las ballenas como las orcas van migrando. Los pescadores
este año pudieron filmar delfines comunes que se acercaron a la embarcación a
unos 45 km de la costa.”
En
cuanto a las hipótesis de lo que podría haberle sucedido al ejemplar
encontrado, Sánchez expuso: “Se tienen que tomar un montón de muestras, se le
hace una abertura en la parte del estómago para ver si el animal ingirió algo
que no debía, se obtienen muestras de piel, de músculos y se investigan los
diferentes órganos. Las muestras del cuerpo van a servir para determinar las
causas de la muerte. Además habría que investigar por qué llegó a esta costa,
el tema de las rutas de migración. En el Museo estamos entusiasmadas con el
rescate del esqueleto del animal, pero cualquier pieza que se exhiba en un
museo no sirve de nada si no se cuenta con determinada información. No serviría
de nada tener un cráneo de dinosaurio que hubiera sido donado por una persona
que no pudiera aportar mayores datos. Si
no tenemos información sobre esa pieza no pasa de ser algo vistoso. Se necesita
saber a qué animal pertenece, la edad que tiene ese animal, dónde fue hallado,
quién lo encontró, en qué situación, la parte estratigráfica,
etc. En nuestros depósitos tenemos más de 6000 piezas que nosotros hemos
rescatado. Cada pieza lleva una ficha con 1 o más imágenes con un detalle de
información similar a nuestra historia clínica en el médico: las medidas, qué
le falta, quién lo encontró, cómo lo encontró, quiénes colaboraron, en qué año
fue encontrado, un montón de datos, se necesita eso, si no, la pieza no sirve. Estamos
trabajando con Cristian Oliva, de Bahía Blanca, que nos está ayudando a hacer
todo ese inventario. Cuando tengamos el esqueleto aquí necesitamos contar toda
una historia y tener información, que es lo que nos va a quedar en el tintero,
puede ser que averiguarla nos lleve un par de meses.”
Apenada
por la situación manifestó: “Yo no tuve contacto con personas que quisieran
acercarse para estudiar el ejemplar pero tengo entendido, por personal de la
reserva, que hubo gente que estuvo tomando muestras en forma furtiva. De un día
para el otro la ballena apareció con un tajo y eso no lo hace un zorro ni un
chimango. Lo que duele es la invasión y que esa persona después se lleve un
rédito sin reconocer el trabajo de los guardaparques, que son los que en
definitiva encontraron el animal, lo publicaron y dieron aviso. Por eso, porque
estamos expuestos a este tipo de acciones es que no queremos dejar el animal
allí por mucho más tiempo.
Monte,
dentro de todo, trata de agruparse: Prefectura, guardavidas, guardaparques y el
Museo trabajan en forma coordinada como para que alguien se mueva y se haga
algo en el momento. Si Monte tuviera un laboratorio, un lugar destinado al
rescate de fauna donde se pudiera depositar este animal, si tuviésemos biólogos
o un contacto mucho más fluido con los biólogos de la zona el trabajo sería
mucho más fácil.”
El domingo 12 de abril, tal como lo anticipó Natalia Sánchez (la Directora del Museo), bajo la dirección de la Lic. en Ciencias Biologicas Daniela Cardillo, acompañada por Ana María Domínguez y personal del Museo De Ciencias Naturales dieron inicio a la recuperación del esqueleto de la ballena picuda. El Museo agradece la colaboración de Daniela Cardillo y Ana María Domínguez; especialmente a los Guardparques de la Reserva Natural Pehuen Co - Monte Hermoso y a la Secretaría de Turismo por brindarles su apoyo para la realización de esta tarea...
El domingo 12 de abril, tal como lo anticipó Natalia Sánchez (la Directora del Museo), bajo la dirección de la Lic. en Ciencias Biologicas Daniela Cardillo, acompañada por Ana María Domínguez y personal del Museo De Ciencias Naturales dieron inicio a la recuperación del esqueleto de la ballena picuda. El Museo agradece la colaboración de Daniela Cardillo y Ana María Domínguez; especialmente a los Guardparques de la Reserva Natural Pehuen Co - Monte Hermoso y a la Secretaría de Turismo por brindarles su apoyo para la realización de esta tarea...
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